En los últimos días, una ex usuaria del Servicio de Psiquiatría del Hospital Regional de Temuco, tras sufrir maltratos y vulneraciones que fueron acreditadas por la Corte de Apelaciones y ratificadas por la Suprema, recayó en un estado mental y emocional, derivada de una crisis de angustia y nuevas ideaciones suicidas, lo cual desencadenó una crisis que ha puesto nuevamente su vida en peligro.
Su familia lleva dos meses solicitando respuestas al plan de reparación acordado con las autoridades, sin embargo, solo Salud Mental Digna la ha acompañado.
Desde hace dos semanas, su familia y miembros de este movimiento han seguido los conductos regulares establecidos, tanto en el HHHA, con su director Heber Rickenberg, como con el seremi de Salud, Andrés Cuyul, para hacer efectivo los compromisos que hicieron tanto eI seremi como el delegado de La Araucanía, José Montalva, en la reunión del 13 de mayo del presente año, como parte de un plan de reparación para la familia que fue víctima del Servicio de Psiquiatría del Hospital Regional de Temuco.
Sin embargo, pese a la excelente predisposición que el delegado Montalva ha mostrado desde un principio, las conversaciones en pro de la salud mental y acciones para visibilizar la crisis en esta materia, las tratativas y acuerdos, tanto el hospital regional y la Seremi de Salud han demostrado una actitud totalmente indolente con la familia, al n0 entregar ningún tipo de respuesta ni colaboración para cumplir con lo prometido con el caso emblemático que propició el nacimiento del movimiento Salud Mental Digna.
Una vez más, triste y lamentablemente, queda en evidencia la apatía, indolencia e indiferencia que muestran algunas instituciones estatales de La Araucanía, evidenciando una carencia absoluta de tino y desconociendo a su vez, los compromisos acordados con pacientes de salud mental que padecieron los maltratos y vulneraciones de parte de un sistema público de salud que se suponía que debía velar por su integridad física, mental y emocional a través de una atención digna, eficiente y oportuna. Lejos de apoyar a la familia, el sistema muestra su peor cara.
Con base a todo lo anterior, desde el movimiento Salud Mental Digna, exigimos a todas las autoridades responsables e involucradas en la situación acaecida, el cumplimiento y pronta respuesta de los acuerdos previamente pactados, con el fin de velar por la salud mental y bienestar de la ex usuaria, quien fue víctima de maltratos y vulneraciones en el Servicio de Psiquiatría del hospital regional de Temuco.
