Por Mariela Huillipan,
Seremi de Desarrollo Social
y Familia de La Araucanía
Hablar de los cuidados es hablar del corazón de nuestra sociedad. Es reconocer a miles de personas —en su mayoría mujeres— que día a día sostienen la vida, acompañan, protegen y entregan amor a quienes más lo necesitan. Por años, ese trabajo fue invisibilizado. No aparecía en las estadísticas ni en las políticas públicas, pero sin esos cuidados, nada funciona.
Por primera vez, un gobierno decidió transformar esa deuda histórica en una política pública real. El Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados nace para reconocer el valor del trabajo de cuidar y convertirlo en un derecho social. Hoy los cuidados ya no son un privilegio: son un derecho que el Estado debe garantizar. Así, se instala un cuarto pilar de protección social, marcando un antes y un después en la forma en que Chile entiende el bienestar.
Este 5 de noviembre, cuando conmemoramos el “Día internacional de la persona cuidadora”, nuestro país puede mirar con orgullo el camino recorrido. En estos casi cuatro años de gobierno, hemos avanzado en hacer visible una labor que por demasiado tiempo fue silenciosa, y que hoy se reconoce como esencial. Este avance se ha traducido en acciones concretas: el complemento del Registro Social de Hogares que permite identificar a quienes cuidan; la credencial de persona cuidadora que facilita el acceso a servicios y beneficios; y la Red de Empresas Chile Cuida que une al sector público y privado para entregar apoyo efectivo mediante descuentos, atención preferente y servicios especiales.
En la Región de La Araucanía, este compromiso se ha transformado en resultados reales. El programa Red Local de Apoyos y Cuidados, que en 2022 estaba presente solo en cinco comunas, hoy llega a 21 comunas, ampliando su cobertura a zonas urbanas y rurales. Actualmente, más de 5.000 personas, entre cuidadoras y personas cuidadas, son acompañadas a través de esta red, recibiendo orientación y acompañamiento integral. Nuestra región también lidera a nivel nacional el funcionamiento de los Centros Comunitarios de Cuidado, con siete centros activos y ocho más en construcción, donde más de 1.300 personas participan en talleres, capacitación y actividades de contención.
Todo este trabajo ha ido de la mano de una inversión sin precedentes. En 2022, los recursos destinados a cuidados en La Araucanía alcanzaban los 582 millones de pesos. Hoy superan los $3.300 millones, casi seis veces más, reflejando el compromiso y prioridad de este Gobierno.
El desafío que viene es consolidar lo avanzado. Esta política pública debe seguir creciendo, profundizando sus alcances y transformándose en una política de Estado, que no dependa de los gobiernos, sino del compromiso país con la dignidad de las personas. Porque cuidar es la expresión más concreta de un Chile que avanza y no deja a nadie atrás. Ese es el legado que hemos comenzado a construir: un país que cuida, que reconoce y que pone en el centro la vida de quienes más lo necesitan.

