Desafíos en la Empleabilidad Femenina en la Industria de la Construcción

Daniela Quintana Quintana

Secretaria Académica de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Medio Ambiente

Universidad Autónoma de Chile

La industria de la construcción ha sido históricamente dominada por hombres, lo que ha llevado a una baja representación y empleabilidad de las mujeres en este sector. En pleno siglo XXI, es inadmisible que la participación femenina en este sector siga siendo tan limitada. A pesar de los avances en equidad de género en muchas áreas laborales, la construcción sigue siendo un campo donde las mujeres enfrentan desafíos únicos para ingresar y prosperar.

De acuerdo con los resultados presentados por el INE en el último tiempo, la participación femenina se encuentra cercana a un 7%, lo cual es aún una brecha muy amplia, porque 7 de cada 100 trabajadores son mujeres. Y esto no se ve fácil, si pensamos además que hoy la industria de la construcción está viéndose afectada. Hace unos días el observatorio laboral de la Región de la Araucanía declaraba que la construcción este trimestre tiene 2.500 puestos laborales menos que el trimestre anterior, lo que puede llevar aún más al desincentivo al pensar en esta industria como área laboral.

Uno de los factores que contribuyen a la baja empleabilidad de las mujeres en la construcción es la percepción arraigada de que ciertos trabajos son «tradicionalmente masculinos». Esta mentalidad limita las oportunidades y crea barreras para aquellas mujeres que desean explorar una carrera en este sector. Por otra parte, las condiciones laborales y el entorno en los sitios de construcción también pueden ser inhóspitos para las mujeres: desde la falta de instalaciones sanitarias adecuadas hasta la falta de medidas de seguridad específicas para mujeres, estas condiciones pueden hacer que ellas se sientan incómodas o inseguras en su lugar de trabajo. Ello no sólo afecta la moral y el bienestar de las trabajadoras, sino que también puede obstaculizar su rendimiento laboral. Sumando a esto la crianza y el bienestar de los hijos, o el llevar un hogar muchas veces siendo la jefe de hogar.

Pero lo cierto es que la construcción no debería ser una industria inaccesible para las mujeres. Más allá de los estereotipos arraigados, es esencial reconocer que las capacidades y habilidades no están determinadas por el género, ya que las mujeres pueden ser ingenieras, arquitectas, albañiles y líderes, igual de competentes que sus contrapartes masculinas.

Para derribar estas barreras, es crucial que las empresas del sector adopten medidas audaces, tales como programas de formación especializados, oportunidades de mentoría y políticas de igualdad salarial por mencionar algunos. Además, es vital crear un ambiente laboral inclusivo donde las trabajadoras se sientan valoradas y respetadas, y así puedan prosperar sin temor a la discriminación.

Es momento de dejar atrás los prejuicios y las excusas. Aumentar la participación femenina en la industria de la construcción no solo es un paso hacia la igualdad de género, sino también hacia un sector más robusto y dinámico. La construcción del futuro necesita manos y mentes diversas, y es hora de construir juntos un futuro en el que todos, sin importar su género, tengan un lugar en la obra. En este contexto, es esencial desafiar las normas establecidas y adoptar medidas concretas para fomentar su participación en la industria de la construcción. Pues esto no sólo beneficia a las mujeres, sino que también enriquece y fortalece a toda la industria en su conjunto. El futuro de la construcción es diverso, inclusivo y lleno de potencial. ¡Es hora de construirlo juntos!

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