Ministro Álvaro Mesa condenó a 13 militares (r) por homicidio calificado de estudiantes en Angol

En la arista civil, el magistrado condenó, con costas, al fisco a pagar como indemnización de perjuicios por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez.

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, condenó a 13 militares en retiro de dotación del regimiento Húsares de Angol a la época de los hechos, por su responsabilidad en los delitos de lesa hunamidad de homicidio calificado del estudiante universitario Ricardo Gustavo Rioseco Montoya y del estudiante secundario Luis Raúl Cotal Álvarez. Ilícitos perpetrados en la comuna de Angol, el 4 de octubre de 1973.

En el fallo (causa rol 63.534), el ministro en visita condenó en calidad de autores al entonces teniente Germán Eduardo Ojeda Bennett; a los subtenientes Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Jorge Alberto Lagos Robles, Alessandro Ernesto Cartoni Pruzzo, Manuel Arturo Montero Souper, Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein, y al cabo José Omar Correa Martínez a 19 años de presidio, en calidad de autores de los delitos. En tanto, el otrora soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses deberá cumplir 15 años y un día de presidio

El subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano y el soldado conscripto José Liborio Lavín Leiva deberán purgar 13 años de presidio, en calidad de cómplices; y el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda y el teniente Carlos Alberto Campusano Osorio deberán cumplir 5 años de presidio efectivo, por su responsabilidad como encubridor.

En la arista civil, el magistrado condenó, con costas, al fisco a pagar una indemnización de $300.000.000 por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez.

Fusilados
En la sentencia, el ministro Mesa Latorre dio por acreditados los siguientes hechos:

“A.- Que a raíz de los acontecimientos ocurridos desde el 11 de septiembre de 1973, fue llamado a colaborar con el nuevo régimen Carlos Horacio Guitart Olhagaray, capitán en situación de retiro del Ejército de Chile, quien hasta esa fecha se encontraba radicado en Bolivia, presentándose en el Regimiento ‘Húsares’ de la comuna de Angol para apoyar la gestión de la Fiscalía Militar que funcionaba al interior de la unidad y que estaba a cargo del segundo comandante León Rivera González (fallecido, según fs. 6.163, tomo XVII). 

B.- Que la noche del 4 de octubre de 1973 dos soldados conscriptos realizaban guardias en la denominada garita sur del Regimiento Húsares de Angol, ubicada cercana a las intersecciones de calle Los Confines con General Bonilla. Uno de ellos, Luis Alejandro Toledo Osses, mientras juntaba leña para calefaccionarse, escuchó un disparo de pistola en el exterior de la unidad y otros provenientes desde el interior de ella, movilizándose de forma inmediata contingente dentro y fuera del cuartel, ordenándoles en ese instante el cabo José Correa Martínez que se dirigieran fuera de él, específicamente a una bodega ubicada frente a la unidad militar. Incluso, producto de la situación, se despertó el subteniente Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein que se encontraba durmiendo en el dormitorio de solteros del casino de oficiales.

C.- Que, a consecuencia de los disparos escuchados, contingente del Regimiento salió de él, en forma separada y por distintos accesos, dirigiéndose hacia una bodega ubicada en calle Los Confines N°15, esto es, frente al puesto de guardia referido anteriormente, específicamente a una bodega que en la actualidad corresponde a una conocida venta de vehículos. Dicho lugar fue allanado conjuntamente con la casa habitación contigua, ambas de propiedad de Duberli Rodríguez Silva, no siendo habidas las personas que efectuaron los supuestos disparos contra la unidad militar. También llegó a dicho lugar la Unidad de Reacción del Regimiento, la cual estaba preparada las 24 horas del día para repeler posibles ataques al cuartel militar, compuesta por alrededor de 30 soldados y que esa noche se encontraba a cargo de uno de los capitanes en servicio activo del Regimiento, que según planta de oficiales de la época corresponderían a Armando Staeding Schaffer (fallecido, según fs. 7.590 Tomo XIX) y Enrique Gómez Ibáñez (fallecido, según fs. 6.162, tomo XVII). Además, a raíz de los supuestos disparos que se escucharon esa noche, se constituyeron en el lugar a lo menos tres subtenientes entre ellos Jorge Alberto Lagos Robles, Alejo Tisi Gómez y Carlos Patricio Bunster Medina; el teniente German Ojeda Bennett y los capitanes Armando Juan Emilio Staeding Schaffer y Enrique Gómez Ibáñez, quienes cooperaron en las primeras indagaciones de búsqueda de los autores de los supuestos disparos y en la captura de ellos.

D.- Que siguiendo la línea de la letra B), al llegar al lugar el conscripto Luis Alejandro Toledo Osses pudo observar la presencia de un vehículo militar marca Toyota, otros soldados conscriptos, al mayor León Rivera González, a los subtenientes Carlos Bunster Medina y Alessandro Cartoni Pruzzo; el cabo José Correa Martínez, quien le había dado la orden de constituirse en esa bodega; y el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo (fallecido, según fs. 6.574 Tomo XVIII), que se encontraba de patrullaje en la población esa noche. Además, en aquel inmueble, propiedad de Duberli Rodríguez, observó dos jóvenes de pie, sin ataduras, con su cara descubierta, sin armas a la vista, de poca edad y uno de ellos vestía camisa blanca.

E.- Que acto seguido, el mayor León Rivera González dio la orden de disparar contra los jóvenes, que en esos momentos estaban de pie junto a un paredón de ladrillos, acatando la orden del superior y ejecutando a los muchachos, momento en que uno de los jóvenes les grita ‘cobardes’. Dicha orden de fusilamiento fue cumplida, entre otros, por el soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses, que cumplía funciones de vigilancia en la garita sur y el cabo José Omar Correa Martínez, quien le ordenó concurrir aquel lugar. Además, varios oficiales, entre ellos el capitán Armando Staeding Schaffer; los subtenientes Carlos Bunster Medina, Alessandro Cartoni Pruzzo, Manuel Montero Souper; el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo, que efectuaba patrullajes en la población, y otros conscriptos que lo acompañaron en esas funciones esa noche, presenciaron en el lugar la ejecución de esos muchachos.

Luego de lo anterior, los soldados conscriptos, entre ellos, José Liborio Lavín Leiva, ubicaron los cuerpos en sacos al interior de un vehículo militar, observando la camisa blanca ensangrentada de uno de los jóvenes y trasladaron los cadáveres hasta el puente La Arcadia, lanzándolos al cauce del río Malleco, perdiéndolos de vista en la oscuridad de la noche.

F.- Que posteriormente todo el contingente regresó a sus puestos anteriores, observando, Juan Abarca Briones, suboficial que estaba de servicio esa noche, el ingreso a la unidad de vehículos militares, estando a bordo de ellos varios oficiales que esa noche cumplían funciones activas en el cuartel. Además, dichos vehículos iban conducidos por dos personas, uno de ellos el conscripto Jorge Washington Aguilera Oñate (fallecido, según fs. 6.575 Tomo XVIII), que se desempeñaba como chofer en esa unidad y que luego de ingresar al Regimiento procedió a lavar los vehículos que estaban ensangrentados, preguntándoles por lo ocurrido sin recibir respuesta.

G.- Que días más tarde se dio aviso al Regimiento Húsares de Angol que los cuerpos de los jóvenes fueron vistos en el río, por lo que personal de esa unidad procedieron a sacarlos de ese lugar, trasladándolos a diferentes puntos al interior del regimiento, viendo los cadáveres diferentes personas, entre ellos el capitán Carlos Horacio Guitart Olhagaray, que cooperaba en las labores de la Fiscalía Militar y Luis Fernando Montanares Morales, que en esos momentos se desempeñaba en trabajos al interior del cuartel. Esta última persona, fue testigo como tres miembros de la unidad, entre ellos el cabo primero Mario Hernán Tapia Sepúlveda, que se desempeñaba como tractorista, condujeron los cadáveres sobre un vehículo hasta un sector del regimiento, donde fueron enterrados, sin tener hasta la fecha la certeza del lugar exacto de aquella inhumación.

H.- Que los jóvenes mencionados en las letras precedentes corresponden a Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, simpatizante de las Juventudes Comunistas, de 22 años, estudiante universitario y Luis Raúl Cotal Álvarez, de 14 años, sin militancia política, estudiante secundario, quienes fueron detenidos en forma separada por patrullas militares. El primero de ellos al interior del domicilio de su padre, ubicado en la actual calle José Luis Osorio N° 370 y el segundo en calle Artesanos, cuando se dirigía a su domicilio ubicado en dicha arteria con Pedro de Oña, proveniente de la casa de su abuela paterna, María Arriagada Valdés, situada en Artesanos N° 190, no constando que hayan tenido alguna intervención en la ejecución del supuesto disparo efectuado al exterior del Regimiento Húsares de Angol ni tampoco encontrándose arma alguna en los respectivos registros.

I.- Que todo lo precedente en relación a la ejecución de los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, fue observado por una mujer, de 19 años de edad, quien al escuchar ruidos se acercó a la muralla colindante entre su domicilio y la bodega de Duberli Rodríguez, quien vio cuando los militares abrieron fuego contra los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, momento en que oyó cuando uno de ellos dijo ‘tío, soy yo, tu sobrino’. Incluso, al día siguiente, fue testigo de cómo el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo se apersonó en cada una de las viviendas aledañas para preguntarles a los vecinos si habían escuchado o visto algo la noche anterior. 

J.- Que, a raíz de los sucesos relatados con anterioridad, hasta esta fecha se desconoce el paradero de Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, no habiéndose hecho ninguna gestión por parte de la Fiscalía Militar de la época para instruir procesos o indagar responsabilidades oficiales por los hechos que tomó conocimiento la autoridad militar. Además, aquella misma noche, una vez efectuadas las alarmas respectivas en el cuartel, se movilizó a todo el contingente militar, participando incluso el teniente de Intendencia, teniente Carlos Alberto Campusano Osorio, dirigiéndose a la guardia por alrededor de 30 minutos para recibir instrucciones de parte de sus superiores y colaborar en lo que se estimare necesario. 

Posteriormente, aquella misma noche, el propio comandante del regimiento Alejandro Morel Donoso (fallecido, según fs. 6.164, tomo XVII) se constituyó en la unidad, realizando indagaciones sobre lo ocurrido, comentándole el oficial de Guardia, subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano, lo sucedido respecto al presunto ataque al Regimiento. A raíz de ello, el comandante Morel ordenó reunirse de inmediato con la oficialidad del cuartel militar, entre ellos los capitanes Armando Staeding Schaffer y Enrique Gómez Ibáñez; el teniente German Ojeda Bennett y el segundo comandante León Rivera González (fallecido, según fs. 6.163, tomo XVII).

K.- Que luego, al día siguiente, el padre de Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, quien se encontraba detenido en la cárcel de la comuna, fue comunicado de manera oficial por el comandante del Regimiento Alejandro Morel Donoso, que su hijo había sido fusilado la noche anterior. Dicha información le fue propiciada en presencia de otros oficiales, entre ellos el subteniente Manuel Montero Souper quien habría presenciado lo ocurrido con los jóvenes.

L.- Que, por último, hasta esta fecha, ningún funcionario público, sean soldados, suboficiales u oficiales, del Regimiento Húsares de Angol que se desempeñaban en la época de los hechos, ha dado algún antecedente a la autoridad respectiva en relación a lo sucedido con los cuerpos de los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, manteniendo hasta el día de hoy ocultamiento de todo tipo de antecedentes sobre la muerte de ellos”.

Primera Instancia Ver fallo Primera Instancia 

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