INIA Carillanca está desarrollando una nueva línea de investigación en hortalizas, a través de una innovadora propuesta que utiliza extractos de especies arbóreas nativas para combatir patógenos.
Un avance significativo hacia prácticas agrícolas más sustentables, que busca reducir la dependencia de fungicidas químicos en cultivos hortícolas, mejorando la seguridad alimentaria y reduciendo el impacto ambiental para la Región de La Araucanía.
Las hortalizas cultivadas en La Araucanía incluyen una variedad de familias botánicas, abarcando más de 30 especies, tales como: arveja, zanahoria, poroto verde, lechuga, choclo y tomate, entre las más cultivadas. Sin embargo, la fuerte estacionalidad de la producción, asociada a las condiciones climáticas y la falta de infraestructura adecuada tanto para producción como para procesamiento, restringe la capacidad productiva durante todo el año, disminuyendo la competitividad del rubro respecto a las zonas de clima mediterráneo en Chile. Sumado a lo anterior, la constante amenaza que afecta a los rendimientos de las hortalizas cultivadas, causada por enfermedades de origen fúngico y bacteriano, limita aún más la expansión de la superficie plantada, diminuyendo las expectativas productivas de los agricultores fieles al rubro.
En tal sentido, la horticultura en esta región enfrenta retos constantes, especialmente por enfermedades como la pudrición gris, causada por Botrytis cinerea, que afecta gravemente los cultivos y requiere del uso intensivo de fungicidas. No obstante, el uso continuo de productos químicos ha derivado en cepas de hongos resistentes, complicando su control. En respuesta a dicha dificultad, es que el equipo de investigación en horticultura de INIA Carillanca está evaluando extractos vegetales de especies nativas como alternativa, los cuales contienen compuestos bioactivos que se han reportado con actividad fungicida en diferentes partes del mundo.
“El enfoque innovador de esta investigación se centra en la valorización de la flora arbórea y arbustiva local y en la creación de prácticas de manejo de enfermedades más ecológicas, alineadas con políticas de sustentabilidad. En tal sentido, la utilización de extractos vegetales permite un control de patógenos efectivo y minimiza el impacto ambiental, respondiendo a la necesidad de soluciones integradas y sustentables en la agricultura regional”, señaló el Dr. Francisco Beluzán, Fitopatólogo y especialista en horticultura de INIA Carillanca.
Para probar la eficacia de estos extractos, el equipo sigue un estricto protocolo, con el objetivo de desarrollar métodos prácticos para los agricultores de La Araucanía. Esta línea de investigación representa un paso importante hacia una producción hortícola sustentable y la promoción de tecnologías agrícolas innovadoras en el sur de Chile. Lo anterior, porque el uso de extractos de origen vegetal para el control de enfermedades, no solo puede reducir la dependencia de agroquímicos, sino que también pueden ofrecer un manejo eficiente de los patógenos, minimizando los impactos negativos sobre la salud humana y el medio ambiente.