Daniela Quintana Quintana
Secretaria Académica
Facultad de Arquitectura, Construcción y Medio Ambiente
Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco
Si uno pregunta entre los habitantes de Temuco qué edificio recuerdan como parte de la historia de la ciudad, muchos responderán sin dudar: el Mercado Municipal.
Este emblemático lugar, situado en pleno corazón de Temuco, no solo albergaba el alma comercial de la ciudad, sino también su identidad cultural.
Día tras día, cientos de temuquenses y turistas transitaban por sus pasillos, atraídos por la experiencia auténtica del lugar: comidas típicas cocinadas con esmero en los locales del segundo piso, artesanías únicas elaboradas con materiales del territorio y un ambiente cargado de historia y tradición.
Cómo olvidar las mantas tejidas a telar, las joyas de plata que hablaban de un legado ancestral, o el siempre divertido «indio pícaro», ese curioso souvenir que se ha convertido en un símbolo que trasciende fronteras. El Mercado Municipal no era sólo un edificio; era un punto de encuentro, un reflejo del alma temuquense.
Sin embargo, hace ya ocho años, un voraz incendio cambió el curso de esta historia. En cuestión de horas, el fuego arrasó con este inmueble cargado de significados, dejando tras de sí un vacío físico y emocional en el corazón de la ciudad. Las familias que dependían del mercado para su sustento se vieron obligadas a reinventarse, buscando nuevos lugares para trabajar o explorando otras fuentes laborales en un entorno cada vez más desafiante. Pero el impacto no se limitó a lo económico; el centro de Temuco, otrora vibrante y lleno de vida, ha visto cómo se ha ido apagando su esencia con el paso del tiempo.
Y lo más preocupante: ocho años después, la ciudad sigue esperando. Hemos visto como se ha licitado la reconstrucción de este, sin lograr un final feliz, y más aún, viendo que cada vez los costos que se requieren para levantar este proyecto se vuelven más elevados. A pesar de los anuncios y las promesas, estamos lejos de contar con un nuevo edificio que recupere la función y el simbolismo del mercado perdido. La reconstrucción del Mercado Municipal no es solo un tema de infraestructura; es una deuda con la identidad cultural de Temuco, con las familias afectadas y con los ciudadanos que ansían ver renacer este espacio emblemático.
La ausencia del Mercado Municipal es también un recordatorio de las prioridades que como sociedad debemos revisar. No se trata solo de levantar un edificio, sino de devolverle a Temuco un pedazo de su historia, su vitalidad y su razón de ser. Es hora de que las autoridades y la comunidad trabajen juntas para acelerar este proceso y devolverle a la ciudad ese lugar de encuentro, diversidad y tradición que tanto se extraña.
Por lo tanto, no debe quedar en el recuerdo de lo que fue. Debe transformarse en un símbolo de resiliencia, un lugar donde pasado y futuro se encuentren para dar nueva vida al corazón de nuestra ciudad. La espera ya ha sido demasiado larga; es tiempo de actuar.