Por Manuela Nanetti,

fundadora de Sport Seed ONG

y organizadora de Reforest Running 2024.

Los incendios que afectaron Valparaíso y Viña del Mar en febrero dejaron una huella dolorosa. No solo perdimos árboles y casas, sino también esos espacios que nutren nuestra vida comunitaria, donde la naturaleza y las personas se encuentran. Hoy, más que nunca, es vital recordar que la recuperación no se trata solo de reconstruir lo material, sino de restaurar el equilibrio entre el ser humano y su entorno.

La reforestación de las áreas afectadas debe ser prioritaria. Plantar árboles nativos no solo revierte el daño ecológico, sino que fortalece la biodiversidad y nos protege ante futuros desastres. Es un acto de responsabilidad con el medio ambiente y con las generaciones que vendrán. Pero también es una oportunidad para devolverle a la comunidad espacios donde puedan volver a convivir, practicar deporte al aire libre y reconectarse con la naturaleza.

En este sentido, el deporte, la educación ambiental y la participación ciudadana juegan un rol clave. Es fundamental que todos, desde los más pequeños hasta los adultos mayores, se involucren en la recuperación de nuestro entorno. Porque al reforestar no solo plantamos árboles, sino que sembramos un futuro más verde y saludable para todos.

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