Su versatilidad, rápido montaje y calidad hacen de esta alternativa una elección cada vez más frecuente a la hora de construir en Chile y el extranjero. A continuación, las razones de su creciente popularidad y los mitos más comunes que la rodean.

La construcción modular ha ganado terreno en los últimos años, consolidándose como una alternativa moderna y eficiente en el sector de la construcción. Sin embargo, a pesar de sus ampliamente reconocidas ventajas y de su uso extendido a nivel internacional, muchos aún ven esta tecnología con cierto escepticismo.

¿Qué son realmente las construcciones modulares? Según la asociación internacional Modular Building Institute, es un proceso en el que un edificio se construye fuera del lugar de la obra, en condiciones de planta controladas, utilizando los mismos materiales y diseñando de conformidad con los mismos códigos y normas que las instalaciones de construcción convencional, pero en aproximadamente la mitad del tiempo.

Mario Yáñez, gerente de ingeniería e innovación de Tecno Fast, asegura que “en los últimos tres años ha habido un aumento significativo en la demanda de espacios modulares, especialmente entre quienes requieren soluciones rápidas y con costos definidos. Este interés se ha extendido a proyectos complejos como hospitales y salas de clases y en el último tiempo, para viviendas sociales, debido a la versatilidad, eficiencia y enfoque sostenible que caracterizan a este método”.

En esa línea, el ingeniero de Tecno Fast aclara algunos mitos y conceptos en torno a este tipo de construcciones:

  1. «Solo son contenedores adaptados»: Existe una creencia común de que las construcciones modulares son solo contenedores reciclados. Sin embargo, la construcción modular va mucho más allá. Los módulos se fabrican bajo estándares específicos de diseño y construcción, utilizando materiales y técnicas avanzadas que garantizan estructuras confortables, eficientes y personalizadas.
  2. «Son todas iguales»: La construcción modular ha evolucionado significativamente y permite un alto grado de personalización. Desde acabados modernos hasta diseños arquitectónicos innovadores realizados por arquitectos, cada proyecto modular puede adaptarse según las necesidades de cada usuario.
  3. «Son de baja calidad»: Al ser fabricados en condiciones controladas, los módulos alcanzan altos estándares de calidad y reducen al mínimo el margen de error, lo que asegura una construcción duradera y de excelente calidad.
  4. «Solo se usan para proyectos temporales»: Las construcciones modulares están diseñadas para durar tanto como las realizadas bajos métodos tradicionales. Gracias a materiales de alta calidad y técnicas avanzadas de ensamblaje, son una opción atractiva para proyectos permanentes como viviendas, oficinas y hospitales.
  5. «No son construcciones resistentes»: Cada módulo se diseña para soportar de manera independiente los rigores del traslado, y una vez ensamblados, forman una estructura sólida y resistente a sismos, fuego, y condiciones climáticas extremas.
  6. «La construcción modular es una solución más cara»: Un mito persistente es que la construcción modular es necesariamente más costosa que la tradicional. Sin embargo, los costos pueden ser comparables o incluso menores, gracias a la eficiencia del proceso de producción en fábrica, que permite un ahorro del 50% en los plazos.

“A medida que avanzan las tecnologías y los métodos de construcción, este sistema se ha convertido en sinónimo de calidad, innovación y adaptabilidad para cada vez más industrias y proyectos de viviendas sociales. Hoy en día, permite crear espacios multifuncionales y flexibles, capaces de responder no solo a necesidades prácticas, sino también a las demandas estéticas y sostenibles de la arquitectura moderna, mejorando la calidad de vida de las personas a través del espacio”, concluyó Yáñez.

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